Tras defender los límites del pueblo, los vijaneros regresan al centro de la localidad. En un templete adornado para la ocasión, se enumeran los hechos más comentados del año que se despide. A base de ingenio se trata de mostrar la realidad a través de múltiples capas exigiendo al espectador un esfuerzo añadido para descubrir las segundas intenciones ocultas en cada verso. Tras este acto, uno de los más esperados de la fiesta, comienza el parto de la Preñá. Sus orígenes son inciertos y aunque hay teorías que lo relacionan con el nacimiento del nuevo ciclo y la fertilidad, otros apuntan a hechos más banales acontecidos a principios de siglo. Sea como fuere, el parto siempre ha sido utilizado para crear desconcierto y llamar la atención ante el insólito desenlace en el que un animal saldrá del vientre de la parturienta.