Aunque de sobra es conocido que nuestro rito vuelve todos los años el primer domingo de Enero, realmente para los Vijaneros el Otoño es sinónimo de los preparativos que se rematarán durante la Navidad. Aunque durante todo el año exista actividad en la Asociación, en los meses previos es cuando realmente el ambiente vijanero lo invade todo.

Mientras tanto, la vida del pueblo continua, las vacas pronto bajaran de monte y se podrán lustrosas para la feria de San Facundo. Las chimeneas del pueblo comenzarán a ahumar, las heladas teñirán de blanco el fondo del valle y las primeras nieves la cumbre de Jano. Es tiempo de recoger muchos de los materiales que servirán para dar vida a los nuevos trajes naturales y reparar los del año anterior.

La puerta del local quedará en pocas semanas abierta todos los días sirviendo de punto de reunión para la juventud del pueblo. En cada rincón, la fiesta poco a poco comenzará a aparecer en más conversaciones rememorando anécdotas y anticipando lo que sucederá este año. Esperando que llegue el día, disfrutaremos de todo lo demás tal y como reflejó de forma fiel nuestra cineasta de cabecera, Isabel Giménez.