Monte Canales

El monte Canales es una de las masas forestales más sobresalientes del centro-sur de Cantabria, se encuentra formado por robles y hayas en su mayoría y por el nace y discurre el rio Erecia, su máxima cota es la peña Orcenal, cumbre de 885 m. El área protegida tiene una gran riqueza de fauna y flora. Entre las numerosas especies, destacan el jabalí, becada, nutria, lobo, águila real y corzo. Comprende áreas de arbolado de gran interés, que alternan con brañas y laderas cubiertas de matorral. Destacan especialmente los robledales y los hayedos, así como los acebales y los abedules y serbales del piso montano. La extensión del parque se clasifica en varias zonas de usos; de uso recreativo, forestal, de uso agropecuario, de reserva y de pastizal. En las zonas de aprovechamiento ganadero destacan los ejemplares de ganado tudanco, una peculiar raza de bovino muy ligada a la tradición de la zona.

Entre las rutas que podemos realizar por la zona, destaca ésta que pasamos a describir a continuación: Salimos desde la iglesia románica, tomando la pista que sigue inversamente el curso del río Erecia. Pronto se cruza este río, y después uno de sus afluentes sobre un puente de madera a mano derecha, aquí ganamos rápidamente altura sobre el valle, e ignoramos varios desvíos. Después de cruzar una portilla canadiense se alcanza una bifurcación de pistas (km 2,5) (395 m): ignorando el ramal que sube hasta El Pombo (a mano izquierda) el cual da acceso al valle del Pas, la nuestra desciende hacia la derecha, cruzando de nuevo el río y adentrándose en la extensa masa forestal del Monte Canales, uno de los mayores robledales de Cantabria. Después de un buen rato y siempre con el rio a la izquierda, se alcanza un pequeño refugio abierto a la vera del río y de la pista, en pleno corazón del bosque.


Refugio de Canales: (Cabaña de Guillermín) Altitud:495 m. Km:6.5 Tiempo:1 h. 45 min.

La pista cruza el río y sigue por su margen derecha, retornando un rato después a la margen izquierda. Después de otro tramo de subida se alcanza una trifurcación de caminos: abandonamos la compañía del río y subimos por el camino de la derecha. Tras una primera curva cerrada se alcanza una bifurcación: seguir por la izquierda, siempre por el camino más marcado, que asciende bosque arriba. Después, tras superar varias curvas cerradas y ganar altitud, se continúa a la derecha en sendos desvíos situados en la zona más dura de la subida. De aquí en adelante el sendero apenas gana altitud y toma dirección Oeste, atravesando una zona de acebales y algún claro, antes de desembocar en una preciosa braña donde existe un abrevadero y una pequeña cabaña abierta.

Los Llanos: Altitud:715 m. Km:12.5 Tiempo:4 h.

Seguimos nuestro descenso hacia el valle por una pista que baja hasta la Braña de Los Llanos, y la atraviesa (en este tramo sólo hay rodadas), saliendo de la misma entre dos grandes mojones. Después de una sinuosa bajada, la pista cruza un regato y una portilla canadiense, y alcanza una bifurcación: subir a la derecha para alcanzar otra bifurcación, siguiendo ala izquierda por una cambera que nos lleva hasta un collado situado al pie de la modesta cumbre del Cueto Pando (538 m).

Silió: Altitud:250 m. Km:18 Tiempo:5 h. 30 min.

Valle de Iguña

 

En primer lugar, se cree que su nombre deriva de la palabra latina «lacuna». En favor de esta teoría se cree que antiguamente el valle fue una gran laguna, fundándose a su alrededor y a una altura común de unos 300-500 metros los núcleos de población más antiguos. De ahí el dicho: de «Santa Marina a Arca… pasea la niña en barca». Otras teorías afirman que la etimología alude al término latino «Ficunia», que según los expertos significa país en que abunda la higuera.

Limita por el Norte con los Valles de Buelna y Cieza. Por el sur con San Miguel de Aguayo, Pesquera, Santiurde de Reinosa y Campoo de Suso. Por el Este con el Valle de Anievas, Toranzo y Luena. Por el Oeste con los valles de Cabuerniga, Ruente y los Tojos.

Una vez más, la Historia aporta datos para entender esta concentración de monumentos en un espacio tan reducido. Los romanos, tras dominar a los bravos cántabros, hicieron del curso del Besaya el principal paso desde la Meseta al Cantábrico, comunicando la ciudad de Julióbriga (junto a Reinosa) con Portus Blendium (Suances). Para ello, construyeron la calzada que todavía hoy puede recorrerse en el tramo citado. Durante la Edad Media, esta ruta era utilizada por los peregrinos que enlazaban con el Camino de Santiago en Santillana del Mar, y fue éste mismo el eje por el que se desarrolló la vía comercial de la lana y del trigo de Castilla hacia los puertos de Europa.

La existencia de minas de hierro y cobre y las consiguientes ferrerías, antecedentes de las actuales fundiciones, además de las industrias harineras y la madera de los bosques, contribuyeron también a la riqueza del valle. La construcción del ferrocarril, en tiempos más cercanos, aportó una nueva vitalidad al territorio.